Hace unos meses tomé una de las decisiones más difíciles y bonitas de mi vida: cerrar temporalmente mi tienda online Damaur para vivir a fondo mi maternidad.
Como autónoma, no es fácil parar. Aunque la ley marca 6 semanas de baja obligatoria tras el parto, que me parece totalmente necesarias (¡y sinceramente, pocas!), el impacto de detener toda actividad profesional no es menor. Las consecuencias, aunque asumidas con amor, también pesan:
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Cierre completo de la tienda online, sin ingresos durante ese tiempo.
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Pérdida de visibilidad en redes, posicionamiento y tráfico web.
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Dificultad para mantener el contacto con la clientela, con quien siempre me ha encantado interactuar.
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Y lo más frustrante: no poder delegar, porque para acceder a ayudas debía contratar bajo condiciones muy específicas:
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Que la persona estuviera inscrita como demandante de empleo
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Que fuera menor de 30 años
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Y que aceptara la fórmula que permite subvencionar su Seguridad Social.
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Al no poder elegir libremente a alguien de confianza, y sin margen para asumir un salario sin apoyo, decidí lo más coherente con mi realidad y mis prioridades: cogerme las 16 semanas completas y disfrutar a tope de mi bebé. Sin medias tintas. Como debía ser. Como me merecía yo y por su puesto, mi peque.
Ha sido una etapa preciosa, llena de descubrimientos, de amor puro y de aprendizaje. Pero no voy a mentir: también ha estado marcada por un punto de tristeza al cerrar temporalmente Damaur, este proyecto tan mío, que tantas alegrías me ha dado y que sigue siendo parte de quien soy.
Hoy, después de ese parón, vuelve la alegría, los nervios y el miedo escénico de empezar otra vez… pero también las ganas imparables de retomar lo que tanto amo.
Damaur vuelve.
Vuelve con ojeras, sí —porque ahora duermo menos—, pero también con el corazón más lleno que nunca, con una energía nueva, y con la misma ilusión del primer día.
Gracias por seguir ahí. Por volver conmigo.
Nos esperan cosas bonitas.
Y esta vez, más que nunca, las viviremos juntas.
Con cariño,
María – Damaur
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